Eteria o Egeria
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   Fue una piadosa dama que  hacia el 400 peregrinó a los Santos Lugares. Dejó un minucioso escrito relatando sus impresiones del viaje, el Itinerarium. Descubierto en 1884 por J. F. Gamurrini un manuscrito proveniente de la abadía de Montecasino, se convirtió en una fuente extraordinaria de información sobre Palestina primitiva.
   El contenido del “Itinerarium“ no conservado del todo, discurre en dos partes. La primera es el diario de viaje propiamente dicho: Jerusalén, Belén, Hebrón y Galilea, el Sinaí, el Horeb, el Nebo, en Arabia, y peregrina asimismo por las tierras de Samaria.
   Tres años pasaron desde que emprendió su viaje. Relata el regreso a su patria. Sigue la costa y va hacia Tarso, con deseo de cruzar el Asia Menor hacia Constantinopla. En Antioquía desea visitar Edesa y luego decide ir a Siria y Mesopotamia. Vuelve a Tarso, y por Galacia y Bitinia, llega a Constantinopla.  Visita Éfeso y en Constantinopla con­cluye el diario de viaje.
   En la segunda parte se describe la liturgia de Jerusalén: oficio diario, el domingo, las fiestas del año litúrgico.  Por el modo de hablar se trata de una mujer, monja, que escribe su diario de viaje  para informar de lo que ve a sus “hermanas señoras venerables, a sus amigas de mi alma que viven en co­munidad en una parte de Occidente”, tal vez la zona lejana de Galicia, o tal vez del noroeste de la península Ibérica.
   Perteneció a un rango social elevado, con bienes para sufragar el viaje y mu­cha protección por parte de nobles, obispos y monjes.
  Denota elevada cultura y excelentes dotes de espiritualidad. La intención de su viaje es claramente religiosa. Lo valora como un don de dios. Y multiplica sus plegarias y acciones de penitencia y piedad. La época del viaje está fechada en los entornos del año 400.